30 ago 2012

Al filo de la navaja

Abros los ojos y me veo al filo de un precipicio, un precipicio de color metálico cuyo fin no se ve.
Paseo por su orilla casi divertida sabiendo que el fin esta ya aquí.

Miro hacia atrás y puedo ver la misma escena, así que avanzó hasta el punto de unión más estrecho y me siento dejando cada pierna caer hacia un lado.

Noto como el metal se hunde en mis muslos y los hace sangrar, pero no tengo miedo se que todo acabará.

Me pongo de pie como puedo y busco en los bolsillos de mi negro vestido, encuentro el reparador frío de mi cuchillo. Lo aprieto contra mi cuello y siento como mi corazón se relaja, al fin seré feliz.

Ese suave beso de metal hace que me relaje y piense en las cosas buenas que aún puede pasar. Noto como la sangre inunda mi escote, se acabó el tiempo de despedirse.

Sonrio, avanzó y caigo por fin tranquila, voy a vivir mi vida feliz.

29 ago 2012

Aracnofobia

Todos tenemos miedos, algunos más comunes y otros algo más extraños.
Mi mayor miedo son las arañas desde que era pequeña. Cuando tenía 5 o 6 años siempre dormía con mi peluche un precioso osito naranja. Una noche me desperte y pude notar muchas patas entre mis brazos, corrí a encender la luz y pude ver como por un agujero de mi osito salían muchísimas arañas. No recuerdo el momento en que grite pero si recuerdo como mi madre cogia mi peluche y lo quemaba.
Se que es una forma extraña de empezar esta historia pero no se siquiera si alguna vez alguien lo leerá.
Hace dos días mientras volvía a casa después de una fiesta alguien se acercó por detrás y no se que me hizó pero perdí el conocimiento hasta despertar días después en una sala oscura.
El hombre venía a visitarme pero no para alimentarme, ni darme agua sino para relatarme como me iba a matar. Tras un tiempo de amenazas me arrastro a esta sala y me confesó cuál sería mi destino. Muerte a manos (o mejor dicho patas) de cientos de tarántulas.
Me dió un papel y un lápiz y me dijo que redactará mi historia mientras el volvía. Aún pienso que será mentira aunque un pánico atroz me re....
Puedo ver como ha levantado la trampilla y cientos de arañas gigantes y peludas se caen por ella, puedo ver como se acercan.
Intentó quedarme muy quieta para poder escribir este último adiós pero ya siento su peso y sus picaduras en las piernas.
Llegó mi hora. Papá, mamá los...

1 ago 2012

Ganas de morir

20 de Julio 2010
"¿De verdad quieres morir?"

Al principio no entendí bien la pregunta, en la web hablaba de suicidio asistido. ¿Por qué preguntaba entonces? Supongo que sería una pregunta de protocolo así  que decidí asentir.

"¿Por qué?"

Esta pregunta si la capto a la primera ya que resuena en mi mente como un martilleo. Escenas tristes se algopan en mi mente intentando hacerse las autoras de mis ansias de morir, son tantas razones que al final opto por una respuesta simple. "Estoy triste" respondo con voz rota.

El tipo de delante mia sonríe, parece que he respondido algo muy común. Creo que me esta dando un largo discurso pero a penas puedo verle y mucho menos oírle. Distingo las palabras asco, cobardía y poco más.

"...Y por eso no le ayudaré"

Esas preguntas me hacen entrar en razón, no se las causas de su cambio de opinión. Además algo en su actitud me hace pensar que cree que soy inferior o que ni la muerte merezco. Antes de poder evitarlo le grito todos los insultos que me se.

"Como me ha hecho perder el tiempo me quedó con el dinero", esta es su respuesta frente a los insultos. No me puedo creer que tenga la voz tan calmada.

Mientras intento golpearle sus guardaespaldas me sacan del local. Esto es muy injusto.

6 de Septiembre 2010
Hoy me sentía más animado así que he salido a pasear y menos mal que lo he hecho pues me he cruzado con Laila, mi antigua compañera en la facultad. Estaba más guapa que nunca y hemos decidido tomar café. Hemos quedado en volver a vernos.

9 de Diciembre del 2011
Hoy he recibido la mejor noticia de mi vida, voy a ser papá.  Laila no sólo me ha dado el mejor año de mi vida y me ha devuelto las ganas de vivir, sino que no contenta con ello ahora me da un bebé. No puedo creerlo, no quiero que esto acabe.

Esta es la última nota encontrada del diario de Neel.
Algunos cuentan que ese mismo día se encontró con el hombre de la empresa de suicidio asistido. Neel hizo como sino lo conociera, ya que Laila iba con él, pero el hombre le paro y le pregunto si era feliz, a pesar de ya conocer la respuesta gracias a sus "vigilantes".  Neel asistió y una sonrisa maléfica se dibujo en los labios del hombre mientras le recordaba a Neel las ganas que había tenido de morirse y lo cobarde que había sido de no haberse matado.

Cuando Neel se quiso dar cuenta era tarde, el hombre saco un cuchillo y apuñalo a Laila en el estómago.

"Ahora ya tienes un motivo para vivir: la venganza".

El hombre desapareció y Neel fue juzgado por el asesinato de su mujer. Cada día Neel parece más fuerte y con más ganas de luchar, aunque en un lugar tan deprimente como esta cárcel nadie sabe el porque de su actitud.